Una carta al Cielo ... Una carta a mi abuela ...
Una carta a la abuela
Los días van
pasando desde nuestra despedida en vida, pero en el corazón el tiempo se detuvo
pues tú eras aquel soporte que unía cada pieza que son tus hijos y nietos y
aunque nos hemos resignado a tu partida, nuestro corazón se detuvo porque no
queremos que se vayan los recuerdos de aquellos momentos bellos que pasamos
contigo, ahora estas bien y feliz porque estas al lado de mi abuelo “ el
aguicho” cuidándonos. En lo personal puedo decirte “gracias” ·te amo” ya que
aunque no tenía la mis lengua que tú, tratábamos de comprendernos y lo
logramos, tal vez no tuve la suerte de Henry, Luis de convivir todos mis días a tu lado pero
tuve la suerte de tenerte en temporadas a mi lado, hiciste lo que una súper
abuela hacia que es “DEFENDERME DE MI MAMA”, hasta el punto de gritarle o pegarle por mí, compartías conmigo aquellos
dulces que te regalaban, cuando me querías dar propina te decía No! Y tu Recibe
( y con tu carita hacías muecas) mis ojos se llenaban de lágrimas.
Cada vez que veo mi
planta de durazno me acuerdo de ti, porque cada vez de terminar el almuerzo comías
uno, y me decía come, porque no siembras esto acá, y ahora ver que mi durazno
da sus frutos me digo a mi misma, ¿ de seguro mi abuela si estuviese aquí se
guardaría varios durazshno( xq así le decíamos) en su bolsillos!. Aun me
acuerdo de nuestras conversaciones después de almorzar cuando me veías que lavaba
o movía los muebles de mi cuarto o cuando me escuchabas gritar, me decías
¡Emely te pareces a la abuela SINGURIANA!, y Luis es Víctor Salas, se parece a
tu abuelo, o cuando me contabas que los huerfanitos eran Alfredo y Natali, o
que los desobedientes eran Alfredo y Cesar, y que tus nietos a quien tu más
quieres es Rubén y Emely ( creo que esto se lo decías a todos c/nieto tuyo fue
tu preferido). Hace poco cuando me puse un short para salir, me acorde de ti,
porque al mirarme al espejo te me apareces y recuerdo que me decías hijita!,
ponte algo, hace mucho mucho frió, estas calata, o cuando llegaba del colegio,
universidad o trabajo te saludaba y me abrazabas fuerte fuerte, y ponías tu
mano a mi corazón y me abrigabas con tu manta negra, y nos quedábamos ahí más
de una hora y al mirarte me sentía súper protegida.
Hace unas semanas cuando arreglaba mis
juguetes y veía mis barbies, me acorde cuando mi mama me envió a Huaraz y hacia
mis travesuras, te escondía tus llaves y tú lo buscabas jajaja y yo lo tenía en
mi bolsillo y cenamos tarde, o cuando me freías mi huevo con papa y mi tía Teresa se lo comía ¬¬, o cuando me
sacabas un piqui y yo lloraba. Abuelita nunca te dejo de pensar tu estas
presente en mi mente todos los días, y aunque sé que no te gusta verme triste o
llorar, siento que te debo, siento que te falle en algo que simplemente querías,
sé que fuiste y eres algo miedosa, y sé que tú no tenías miedo a morir, porque simplemente ibas a ser un
viaje de aquí al cielo a convertirte en un angelito, cuando nadie quería que te
viera en el hospital, en mi corazón tenia sea como sea ir a verte, era algo
extraño, raro, como que si no te veía te ibas a ir ese día, y aunque muchos me
llamaron inconsciente, caprichosa, sé que mi abuelo ayudo a que de una u otra
manera entrara y te vea, ¿ te acuerdas cuando te agarre la mano? Y tú me
apretaste fuerte y tu cuerpo me decía tengo miedo, no me dejes sola, y yo te pedí abuelita por favor no te vayas, hazme una
promesa, mírame a los ojos, por favor lucha no te vayas hazlo por tu nieto
engreído que es Alfredo él no puede salir, hazlo por mi tienes que
conocer a tus bisnietas ( mis hijas) pero ambas sabíamos que la promesa que te retenía
era por Alfredo, y así pasaron días y meses, y pasaron miles de cosas, pero
cuando llegaste a casa, te espere con muchas ansias, pero mi abuelo me visito y
a través de los sueños apareció y me enseño lo que iba a pasar en el transcurso
de los días, vi cómo te levantaste y te fuiste arriba, y cuando llegaste a
casa, te bese, y te agarre y te dije: ¡NO TENGAS MIEDO! Yo no te soltare!, se
lo que va a pasar y no soltare tus manos, y comenzamos a tener una conversación
a través de los ojos y me decías tengo miedo estoy lista, pero tengo miedo; y
yo te decía abuela se lo que siente te prometo que no te dejare te acompañare, seré
yo quien te vista, no te soltare. Pero cuando se estabas más, te dije abuela te
libero de la promesa, sería mala si te retengo, te acompañare a la puerta a
dejarte, y llego el día, y con el llego la ambulancia, pero antes te saque tu
anillo y te lo puse en tu puño y te lo cerré, y no sé de donde sacaste fuerza y
y me lo diste y lo pusiste en mi corazón, y ahí entendí que tu querías que
fuese yo que me quede con tu anillo, y nos agarramos de la mano hasta que
entraste a la ambulancia y no querías soltarme y me puse a llorar por que sabía
que no regresarías, ese día fue un día gris para mí, aunque estaba en el
trabajo me sentía mal, todos me preguntaba que tenía y yo decía: EL DIA DE HOY
MORIRA MI ABUELA, y todos me decían estás loca, tranquila.
Y cuando me entere que ya no estabas a mi lado
me sentí mal no porque habías partido, sino porque no me dejaron cumplir mi
promesa de estar a tu lado, en ese momento me sentí mal de que las personas me
minimizaran por mi enfermedad. Y hasta el día de hoy siento esa frustración de
haberte dejado sola. Te amo abuela, sé que siempre estás conmigo y con mi mama,
no sé cómo explicarlo nuestra unión y comunicación, sé que por las noches
vienes a visitarme y a taparme sé que en estos momentos en el cual estoy
escribiendo estas detrás de la puerta de vidrio mirándome y diciendo no llores,
o que vienes de forma de algún animalito a mi lado. Abuela te amo, te amo no
sabes cuánto, te pido disculpas por no acompañarte y dejarte sola en esos
momentos, sé que dé a poquitos curaras mi corazón y encontrare abrigo. Y sé que
has querido que escriba esta carta porque es una manera de liberarme ya que los
“demás” no me entienden, viejita sígueme cuidando, y gracias por juntar a mi
mami con mi tía Dina, gracias por calmar a mi mama y espero que siga así. Sé
que mis tíos poco a poco encontraran la paz necesaria, cuando curen sus
corazones, tu y yo sabemos lo que trato de decir aunque los demás digan a y se
molesten.
Te amo.
Carta a la Abuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario